Amanece en la ciudad de las sombras
Quien todavía a estas alturas piense que el protagonista de El caballero oscuro es Batman o su (alter)ego Bruce Wayne es que o no ha visto la película, o le ha prestado poquita atención. El verdadero protagonista del quinto largometraje de Christopher Nolan es -sin ninguna duda - el caos. Un caos anárquico, incontrolable y en última instancia primitivo, encarnado en la figura del Joker (extraordinario, por terrorífico Heath Ledger).
Entre los numerosos logros (luego repasados uno a uno) es admirable como director y guionista, Nolan y su hermano Jonathan, mano a mano consiguen que ese caos no se traspase a la narración. De ese modo, cualquier intento de resumir el argumento o configurar una sinopsis se convierte en inútil porque cada uno de los 150 minutos que calza el filme se antoja imprescindible en el entramado, a excepción de una ligera sobrecarga de tecnología puntera en las dos escenas protagonizadas por el sónar de los móviles, que no alcanza para ser un inconveniente.
Hablando de escenas, la primera es toda una declaración de intenciones. La película comienza con el asalto a una entidad financiera, una escena de ejecución perfecta, en la que el Joker desvela una de sus mejores cartas con una frase que resume todo en lo que cree el terrorista: "lo que no te mata, simplemente te hace más... extraño".
La gran novedad del film es que se construye en torno al antagonista relegando al héroe y sus aliados a un segundo plano del que se puede llamar reparto coral. La siguiente afirmación puede tener diferentes lectura, pero al menos una es obvia. Resulta que la mejor adaptación al cine del hombre murciélago es aquella en la que Batman pierde el protagonismo y el guión le convierte en una simple pieza (clave) de la narración. Y cuando la película parece tocar techo, Nolan devuelve a la figura de Batman todo el protagonismo en un brillante final, tan enérgico y ambiguo que bien podría ser punto seguido de camino a la trilogía, o un estupendo cierre para bajar el telón.
El caballero oscuro es además de una de las mejores películas de
thriller (de ésas en las que sales sudando), también intriga, suspense y el drama de unos personajes asfixiados. Su referente mas cercano es
Heat de Michael Mann, pero si uno mira más atrás, y considerándola como una secuela,
El caballero oscuro es a
Batman Begins tan entretenida y oscura como
El Imperio contraataca lo fue a
Star Wars; y tan política y reflexiva como
El Padrino II lo fue a
The Godfather. Si en el año 2005 Nolan resucitó a Batman en la génesis
Batman Begins, en esta segunda entrega lo eleva a categoría de mito.
Christian Bale es el Bruce Wayne más convincente, Michael Caine parece haber nacido para interpretar al entrañable mayordomo Alfred, y sorprende el Harvey Dent de Aaron Eckhart. Gary Oldman está mejor que en la primera. Hasta ahí lo comprensible. Pero qué se puede decir de Heath Ledger con su monstruosa creación del Joker, tan realista que el mismo acabó creyéndola, por todos conocido su trágico final.
En su último trabajo en el cine Ledger convierte una buenísima película en excelente e insuperable. A ello también contribuye la banda sonora de dos maestros James Newton Howard y Hans Zimmer, evocadora y obsesiva, que llena cada rinconcito del film de una negrura sustancial.
No es la mejor película de la historia, tal y como algunos se aventuran a presagiar, pero sí es una obra referencial en su subgénero, el thriller de superhéroes. En definitiva una película que no te debes perder, para ver en pantalla gigante, cuánto más grande mejor. Éxtasis narrativo, un clímax de dos horas y media que tan pronto sobrecoge como excita, que tensa la cuerda de los blockbusters del cine de palomitas, del cine comercial de Hollywood hacia el estilo que marca Christopher Nolan. Un estilo que bien se asemeja al grado máximo de eficacia.