martes, 22 de enero de 2008

The Darjeeling Limited (2007)

Un tranvía llamado gozo


Francis, Peter y Jack son tres hermanos que se han ido distanciando con el paso del tiempo y ya ni siquiera se hablan. La muerte de su padre los reúne de nuevo y de ese reencuentro surge la necesidad de volver a estrechar sus lazos familiares. Es entonces cuando Francis, el mayor de los hermanos propone un viaje en tren por la India a modo de peregrinaje espiritual. El recorrido lo harán en el Darjeeling Limited, la línea ferroviaría que recorre el país de un extremo al otro. Ya en el tren, comienzan las peleas, las disputas verbales y hasta físicas y su comportamiento llega a tal extremo que son obligados a apearse del tren. A partir de aquí, abandonados a sus propios recursos, comienza un nuevo viaje que no estaba en sus planes...

Ha quedado claro ya que el posmodernismo (en el cine, se entiende) no sería lo mismo sin Wes Anderson. Anderson pertenece a esa rara estirpe de cineastas que se encargan de retratar el nuevo espíritu, y llevar hasta el extremo las modas de la gran pantalla, las cult movies y el cine indie. Una raza de cineastas que representan también el valor de la imagen, y de la propia imagen que se proyecta a su alrededor, el cuidado de las formas, la búsqueda de pequeños placeres y la renuncia a los ideales están en la raíz de esa vuelta a la experiencia vivida. De ahí que el resultado sea una apuesta por la estética, por lo aparente, por lo efímero, del momento. Parece que los autores posmodernos encuentran en el cine el refugio de la satisfacción y el hastío, porque en The Darjeeling Limited lo que importa no es el qué sino el cómo, el cómo te involucra el director en un viaje a ninguna parte (ahí queda el maestro Fernando) y en el viaje a todas las partes.

En la sucesión de imágenes permítanme quedarme con una, la mejor, el primer ralentí, la carrera por alcanzar el tren que se aleja entre Adrien Brody y Bill Murray... que metáfora tan rabiosamente sencilla. Una escena que además entroca con una variante pop del cine de Wong Kar-Wai. Estoy de acuerdo en que Viaje a Darjeeling no es perfecta, tiene sus altibajos, pero éso poco importa cuando una película te agarra por dentro, hecha raíces y te hace olvidar por una tarde las penas, cuando las imágenes se funden en una prodigiosa banda sonora... en Darjeeling, allá donde la congoja se transforma en gozo.



jueves, 17 de enero de 2008

American Ganster (2007)




Nadie se fijaba en Frank Lucas (Denzel Washington), el silencioso chófer de uno de los jefes mafiosos negros del centro de la ciudad. Pero cuando el jefe muere inesperadamente, Frank decide aprovechar la puerta que ha quedado abierta en la estructura de poder para construir su propio imperio y hacer realidad su versión del sueño americano. Gracias a su ingenio y a una estricta ética de los negocios, se hace con el control del tráfico de drogas en el corazón de la ciudad, inundando las calles con un producto de mayor calidad a mejor precio. Lucas es más listo que todos los demás grupos mafiosos y no solo acaba convirtiéndose en uno de los mayores narcotraficantes de la ciudad, sino también en una de sus superestrellas cívicas. Richie Roberts (Russell Crowe) es un policía marginado que conoce bien las calles y nota que el poder del hampa está cambiando de manos. Cree que una persona ajena a los clanes conocidos trepa por la escalera del poder. Tanto Richie Roberts como Frank Lucas comparten un estricto código ético que les aparta del resto de sus coetáneos, transformándolos en dos figuras solitarias en lados opuestos de la ley. Al cruzarse sus destinos no tarda en estallar una confrontación de la que seguramente sólo uno saldrá ganando...




Muchas son las comparaciones que se han hecho para con el último film de Ridley Scott, unas más acertadas que otras. Sí se puede decir que American Gangster es el French Connection de Russell Crowe, o el Scarface de Denzel Washington, pero no The Godfather, no es comparable... Tampoco se puede comparar con otro thriller del año, Zodiac de David Fincher, porque Fincher es mejor director que Scott, más metódico y riguroso. Eso sí, el señor Ridley Scott tiene un gran sentido del espectáculo. Y ahí está American Gangster, un espectáculo que no acusa su duración y que avanza por dos senderos separados (dos grandes intérpretes; recupera al mejor Rusell Crowe, y con un poderoso Denzel Washington, pero poco creíble en su versión más violenta) y sin sorpresas ni giros bruscos de guión, dos senderos que acaban por juntarse en una de las imágenes del año: Washington en las escaleras de la iglesia y Crowe esperando desde abajo, y el previo desvalijamiento. El film tiene a su favor una exacta recreación de la década de los 70 y en su contra, unos personajes, los que se mueven por American Gangster, que no conservan los principios de los Corleone. En definitiva una película estupenda si vas al cine libre de pretensiones y olvidas por una tarde las grandes obras maestras del género.




El hilo invisible (2017)

Para el chico hambriento El artista como loco déspota, la moda como vehículo de apariencias y el amor como enfermedad. ‘Phantom Th...