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lunes, 2 de julio de 2012

Moonrise Kingdom (2012)

El amor es una isla









El primer beso de amor (y el segundo, y el tercero) en una pequeña cala. Y un baile con un tema pop fracés de Francoise Hardy. ¿Cómo se pinta una escena de amor?

Un niño scout se fuga de su campamento para enamorarse de una Lana del Rey de doce años. Ésta podría ser la línea que traza el argumento de Moonrise Kingdom o la línea que define el carácter del señor que la dirige. Wes Anderson, por mucho que lo niegue, está atrapado por su infancia. Y el trabajo con niños es el gran paso adelante de Anderson en Moonrise Kingdom. En ella los adultos –un reparto de estrellas espectacular, por cierto– son meras comparsas. Incapaces de tomar las riendas, de asumir el control y de ejercer su responsabilidad.

Después de probar suerte en la animación por stop motion de la notable Fantastic Mr. Fox Anderson vuelve a la imagen real. Aunque lo hace más cartoon que nunca, desde los planos que sueñan con ser viñetas hasta los personajes retratados en caricaturas que dan brincos solo posibles en un mundo dibujado.

La séptima película de Wes Anderson es, de nuevo, una oda brillante a una personalísima manera de filmar, a través del travelling lateral y de la composición en simetría. El estilo seña de identidad de Anderson ha sido tachado de arrogante, artificial, frío y calculador. Curiosa forma de hacer inventario. Curiosa forma de describir una obra maestra.

Moonrise Kingdom hubiese sido una preciosa Palma de Oro de no ser por el antiamericanismo confeso del presidente del Jurado, el señor Nanni Moretti. Una lástima y una estupidez tan grande como perderse esta deliciosa película.


jueves, 20 de mayo de 2010

Fantastic Mr. Fox (2009)

¿Cómo puede ser feliz un zorro sin un pollo entre los dientes?

SINOPSIS: La historia se centra en un astuto zorro llamado Fox (voz original de George Clooney), que parece llevar un vida idílica con la señora Fox (Meryl Streep) y su hijo Ash (Jason Schwartzman). Pero por las noches, el señor Fox roba las gallinas, los patos y los pavos de los granjeros Boggis, Bunce y Bean. Cansados de esta situación, los granjeros deciden poner remedio al asunto y cazar a Mr. Fox para que no les siga robando... Basada en el famoso libro para niños de Roald Dahl. (FILMAFFINITY)

El estreno de Wes Anderson en el cine de animación por stop motion ha levantado una euforia sorprendente entre los seguidores del cineasta y los aficionados a esta técnica que consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas.

En parte se trata de una euforia razonable pues Anderson ha logrado un dominio absoluto no solo ya de la técnica de animación del stop motion, sino también de la planificación de la puesta en escena con los encuadres y los movimientos de cámara. Abre una escena con un primer plano, lo contiene unos segundos, y después aleja la cámara perpendicularmente para mostrar la escena completa. Anderson resulta ser todo un maestro en una tecnología que es la primera vez que usa. Desde luego, se puede considerar Fantastic Mr. Fox un trabajo memorable, y Wes Anderson se destapa como un Jean Renoir del stop motion.

Al igual que el protagonista de su última película, Mr. Fox, Wes Anderson no tiene complejo a la hora de admitir que confunde tics con señas de identidad. Su sentido del humor está pensado para llegar solo a unos pocos, y a mí muchas veces me deja tibio.

El cine de Wes Anderson siempre tuvo mucha sustancia, es cartoon en carne y hueso. Y Fantastic Mr. Fox nos descubre algo que ya podíamos intuir: si cambias la forma la sustancia se resiente. Porque en el cine la sustancia también está en la forma. Lo tierno y lo humano de las criaturas de Anderson estaba en las miradas de sus actores, aquí algunos de los animalillos miran y hablan directamente a cámara pero no se enciende ninguna chispa.

Estos zorros animados parecen un capricho de niño rico. Solo nos queda imaginar (suspiro) lo que podría haber sido esta película con imagen real, con gente como George Clooney, Meryl Streep, Willem Dafoe o Bill Murray (que ponen las voces a los protagonistas) poniendo también rostro a estos inspiradísimos monólogos y diálogos, riendo, llorando, discutiendo y declarándose amor.


El hilo invisible (2017)

Para el chico hambriento El artista como loco déspota, la moda como vehículo de apariencias y el amor como enfermedad. ‘Phantom Th...