viernes, 31 de diciembre de 2010

Best Film of the Year

¿Quién es David Fincher?

Se acaba el 2010 y llega el momento de elegir el mejor y más relevante film estrenado en los últimos 12 meses, y pocos años ha habido una decisión tan unánime como el apoyo de prensa, público y galardones a La red social, último trabajo hasta la fecha del director norteamericano David Fincher (1962). Con La red social Fincher confirma lo que incluso hace ya una década (gracias a Se7en y El club de la lucha) era un secreto a voces. Será reconocido como el mejor realizador de su generación.

Su primer cometido como director de cine es el de hacerse responsable de importantes proyectos. Ha trabajado con equipos de excelentes productores, guionistas, actores o técnicos de imagen y sonido, y ha sabido coordinarlos con éxito. Simplemente eso ya es una garantía de su gran mérito como profesional.

Sin tener una planificación de la puesta en escena particularmente personal, y sin escribir sus propios guiones, resulta muy complicado aplicarle el calificativo cahierista de Autor. Y sin embargo es innegable que en todas sus películas (y demás productos audiovisuales como spots publicitarios o videoclips) deja una huella, una marca reconocible que identifica y enriquece su trayectoria. ¿Cómo logra Fincher entonces esa marca que comparten sus trabajos y que le lanza como el director de cine de más garantía de su generación?

Su primer largometraje, Alien 3 (1992), la continuación de la célebre saga, no fue todo lo bien que Fincher deseaba y el proyecto se le escapó de las manos por los continuas transformaciones de guión y por una enorme falta de acuerdo en el montaje final. Fincher exigía mucha más autoridad de la que una productora como la 20th Century Fox estaba dispuesta a ceder a un primerizo. El tiempo le dio la razón, porque afortunadamente, gracias a la edición del Director´s cut que años después salió a la venta, ahora podemos comparar ambas películas y reconocer que el montaje de Fincher ofrece un film más correcto y conciso.

Pero gracias al tempranero éxito que logró con New Line Cinema en la producción de su segunda película, Se7en, Fincher se labró una posición de privilegio dentro de los estudios de cine Columbia, Warner Bros. y Paramount Pictures. Posición de privilegio que, a pesar de sufrir lógicos altibajos (como la controversia de El club de la lucha), conserva hasta hoy, y que le ha permitido ponerse al frente de la mejor película estrenada en el año 2010. La red social.

En los próximos días haré todo lo que esté en mi mano por descifrar cuáles son los motivos del éxito y, más importante aún, cuáles son los rasgos de estilo de David Fincher.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Balada triste de trompeta (2010)

Exorcismo en el Valle de los Caídos

La prostituta que se escapó de la fiesta. El payaso que tenía miedo a los niños. Un payaso con un machete. La España de la transición en viñetas hipertróficas, de un extraño y ridículo surrealismo. España es ese lugar en el que nada sucede como cabría esperar. Un país en el que se envidia la felicidad de los demás.

Esperaba grandes cosas de Balada triste de trompeta, y Álex de la Iglesia me ha castigado por ello. Con un ritmo repulsivo a trompicones, a cañonazos sin engrasar. Con transiciones feas y torpes, con cortes a destiempo en la sala de edición. Es una película absolutamente antiacadémica, estando dirigida por el Director de la Academia. Algo así como matar dos pájaros de un tiro que sale por la culata. Si bien De la Iglesia viene de dirigir un thriller modélico y academicista fuera de España (Los crímenes de Oxford), aquí vuelca y da varias vueltas de campana en su película más brusca, agresiva, tosca e impaciente.

Precisamente esa impaciencia (como rasgo esencial que perseguía De la Iglesia) se convierte también en el gran defecto del film. La película sufre severos problemas de edición y montaje, algo que podría solucionarse con mayor metraje y atendiendo con más cuidado la pausa en la transición de escenas. Aunque del mismo modo, esa edición brusca y tosca se identifica con el periodo histórico que relata. Los acontecimientos se precipitan sin solución de continuidad, y con escasa probabilidad de éxito.


Las Dos Españas (encarnadas en una pareja de payasos irreconciliables) peleando a muerte por un disparate (una trapecista sin reparos), dispuestos a desfigurarse la cara para transformarse en aquello que más temen. Carlos Areces y Antonio de la Torre son el payaso triste y el payaso tonto de un circo de la España de la transición. Areces y De la Torre están descomunales, como si un santo hubiese bajado expresamente para inspirar sus trabajos.

La película más pseudogrotesca (en estética y planificación) del cine español en muchos años, es también la película que mejor desafía los complejos de nuestro cine en particular y de cualquier cine en general. Balada triste de trompeta podría haber sido la película más apasionada de la historia del cine. Y se ha quedado en la película más desquiciada del mundo. Y de Bilbao. Ahí es nada.


miércoles, 22 de diciembre de 2010

Álex y Quentin

Un payaso con un machete


Me sorprendo a mí mismo comparando a Álex de la Iglesia con Quentin Tarantino. Nada más lejos de la realidad, puesto que Tarantino filma y dirige en un estado de madurez cinematográfica permanente, y en Balada triste de trompeta nos topamos de bruces con el cine más adolescente y alborotado de De la Iglesia.

domingo, 19 de diciembre de 2010

The Departed (2006)

Sucedáneo de Scorsese


En el último programa de Sala y Salón comenté (así de pasada), ante la indignación de mis compañeros de mesa, que el The Departed que dirigió en el año 2006 (triunfando en los Oscar) Martin Scorsese me parecía una película sobrecargada e irritante. A continuación apuntaré brevemente tres razones que me impiden disfrutar enteramente del film:

1/ El dinamismo exacerbado y sobrecargado en la realización de Martin Scorsese (el mismo que lastró lo que podía haber sido un gran film, Gangs of New York).

2/ El despropósito de un montaje extenuante y apresurado de trailer, que condena y echa a perder los posibles momentos de intensidad que deberían destacar en el relato.

3/ Las interpretaciones impávidas y light de Leonardo DiCaprio y Matt Damon, y la histriónica actuación de Jack Nicholson.

Estos tres puntos provocan un ritmo irritante y un desinterés general en el relato. Por lo tanto, The Departed no es ni más ni menos (a mi parecer) un interesante thriller moderno. Un simple sucedáneo para alguien que firmó años atrás obras de la talla excepcional de Uno de los nuestros o Casino.


lunes, 13 de diciembre de 2010

Biutiful (2010)

La carne y las moscas de la carne



Biutiful es un film tremendista que explota la miseria ajena. Alejandro González Iñárritu ha hecho una película que se mimetiza muy bien con su personaje protagonista, una película fea, pobre y enferma, con algún momento extrañamente enigmático, pero de un ritmo moribundo.

El protagonista tiene que vivir (malvive) en el Raval de Barcelona, en un piso que se cae a cachos pagado a base de trapicheos, teniendo que alimentar (malalimenta) a dos hijos hambrientos y conflictivos. Uxbal (así se llama, sí) ve muertos, mea sangre cada mañana y tiene que soportar a una ex-mujer drogadicta con trastorno bipolar, mujer de la que encima sigue enamorado. Por si esto fuera poco, el tipo es del Espanyol. Uau!

Aquellos que apedrearon a Woody Allen por hacer de Vicky Cristina Barcelona una postal turística de la ciudad condal, deberían colgar a Iñárritu por su exhibición manipuladora (y a mi gusto también malintencionada) de la cara más fea de Barcelona. Gracias al talento intermitente de Iñárritu y su director de fotografía, Rodrigo Prieto, Biutiful tiene momentos de una intensidad notable.

Pero Iñárritu estaba concentrado en otra cosa. En afear a su casting, en retratar la situación más penosa de la inmigración, en demacrar las calles de Barcelona, en dibujar un calvario a base de amontonar estereotipos y disgustos. En definitiva, Iñárritu ha venido a nuestro país a (de)mostrarnos que la vida es una mierda, y quiere salir de ella forrado de dinero y ovacionado.

Pero mis palabras, igual que el sufridor acercamiento al horror humano de Biutiful, no son, ni serán más que eso, palabrería. Lo que quedará para siempre será la carne que pone Javier Bardem en su transformación mi la gro. Bardem está animal. Un animal que lleva las vísceras por fuera.


viernes, 10 de diciembre de 2010

domingo, 5 de diciembre de 2010

Uncle Boonmee (2010)

El búfalo, la princesa y la reencarnación del cine



Un búfalo en una selva tropical pretende zafarse de las riendas que lo atan a la civilización moderna. Una vez lo consigue, el búfalo vaga y merodea por la selva hasta toparse con un antiguo guerrero maya.

Una princesa india queda ensimismada en un manantial, y enamorada de su propio reflejo se sumerge en el agua y entrega su cuerpo al manantial. Peces entre los muslos, en la escena de sexo no explícito más impresionante que podemos recordar.

Un hombre-mono allá en la maleza, criatura de ojos rojo-penetrante, se detiene y mira perplejo desde la oscuridad de una noche cerrada.

Boonmee, aquejado de un grave problema de insuficiencia renal, decide trasladarse a su finca en el campo para vivir sus últimos días en el lugar dónde nació. Junto a su hermana y su sobrino, Boonmee hace balance y recuerda no solo su vida sino también sus anteriores reencarnaciones. En la cima de una colina, Boonmee descubre una misteriosa cueva, el lugar del nacimiento de su primera vida. El búfalo. La princesa. El hombre-mono. La selva de Vietnam.

La última, y merecidísima, Palma de Oro en el Festival de Cannes se la llevó a casa el cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul. Uncle Boonmee es una propuesta cálida y húmeda, irregular, a ratos irrelevante o insípida, y sin embargo por momentos deslumbrante e hipnótica.

AW suprime del guión original los fragmentos que especifican toda alusión a las vidas pasadas de Uncle Boonmee, de manera que queda a la imaginación del espectador la interpretación de ciertos pasajes como vidas pasadas de la reencarnación del protagonista.



Para entrar al juego del director tailandés hay que dejarse cautivar por las imágenes y los sonidos exóticos de la selva vietnamita, selva en la que conviven los fantasmas de Apocalypse Now. Es un cine más contemplativo que espectacular.

Ni rastro de la magistralidad que implica ese calificativo de Obra Maestra tan común al crítico de cine de a pie. El cine de AW está por encima (o por debajo, qué mas da) de lo magistral, es un cine abocado a lo sensacional, y por lo tanto premia la conquista de las sensaciones y deja a un lado el rigor de la planificación y la puesta en escena.

Este mismo año habrá otras muchas películas más sólidas, concisas, mejor escritas, interpretadas o dirigidas, pero ninguna tan estimulante, arriesgada, libre o sugerente como Uncle Boonmee.


viernes, 3 de diciembre de 2010

El hilo invisible (2017)

Para el chico hambriento El artista como loco déspota, la moda como vehículo de apariencias y el amor como enfermedad. ‘Phantom Th...