Volumen 1
Si se trata de mitificar a un personaje y a una actriz pues Quentin Tarantino mete a su musa Uma Thurman a icono pop (no de rara belleza, sino de atractiva fealdad) repartiendo venganza a chorros, de sangre. 'La Novia' tiene un nombre, pero lo desconocemos. Del mismo modo que tiene un pasado pero nos es irrelevante. Conocemos (una parte de) su punto de inflexión. Conocemos (una parte de) su nueva formación. Y conocemos (una parte de) su venganza.
Tarantino narra su historia a partes. Por eso, entendida como narración no habrá dos películas Kill Bill, habrá sólo una, o cientos de ellas. Fragmentación del discurso. Por eso este volumen 1 es la miel en los labios que nos deja esperando con ansia su par, no por continuación de la historia –que también– sino por enriquecimiento de la primera obra, que se antoja incompleta.
Tarantino narra su historia a partes. Por eso, entendida como narración no habrá dos películas Kill Bill, habrá sólo una, o cientos de ellas. Fragmentación del discurso. Por eso este volumen 1 es la miel en los labios que nos deja esperando con ansia su par, no por continuación de la historia –que también– sino por enriquecimiento de la primera obra, que se antoja incompleta.
Al ser incompleta dejará insatisfecho a buena parte de la grada, menos a aquellos que pensamos que Tarantino es mejor (aún/incluso) director que guionista. Para nosotros, Kill Bill vol.1 será un lúdico ejercicio de estilo, parcialmente placentero, que recorre a modo de montaña rusa la cabezota de Quentin Tarantino.
Un realizador superdotado (pese a su afición al corta y pega) que en este primer volumen funciona como arquitecto cinematográfico, montando la estructura de la que partirá en el volumen 2 y dejando volar la cámara a un par de planos cenitales que nos permiten acceder a las entrañas de su planificación de la escena. Porque sí, este primer volumen es un cuerpo vacío y hueco, mero formalismo, que incluye momentos maravillosos como la pelea final (en el patio nevado de atrás) entre 'La Novia' y O-Ren, uno de los encuentros más violentos y hermosos del cine pop-moderno.
Un realizador superdotado (pese a su afición al corta y pega) que en este primer volumen funciona como arquitecto cinematográfico, montando la estructura de la que partirá en el volumen 2 y dejando volar la cámara a un par de planos cenitales que nos permiten acceder a las entrañas de su planificación de la escena. Porque sí, este primer volumen es un cuerpo vacío y hueco, mero formalismo, que incluye momentos maravillosos como la pelea final (en el patio nevado de atrás) entre 'La Novia' y O-Ren, uno de los encuentros más violentos y hermosos del cine pop-moderno.