Dicen que las comparaciones son odiosas, pero ay! cuánto nos gustan. Dexter es como si Dostoievski adaptase al cine una obra teatral de Shakespeare, y como si todo esto estuviese bajo la dirección de la desmesura y el talento de Tarantino, y el humor negro y el ritmo de los hermanos Coen. En cuanto a su protagonista, sensacional Michael C. Hall, es un cóctel con la potente y varonil voz de Daniel Day-Lewis, la locura y desenfreno de Jack Nicholson, el sarcasmo y la ambigüedad de Kevin Spacey, y la juventud y la frescura de James Dean. Brando, ya puedes cruzar los dedos.
viernes, 12 de septiembre de 2008
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