El bebé de Lynch
Estrenarse en largo, como lo hizo en 1976 el cinestasta norteamericano David Lynch, con un borrón de la categoría de Eraserhead supone un arrojo y un riesgo que bordea casi el suicidio profesional. Lynch utiliza su primer film como el lienzo en el que tienen cabida sus influencias dadaístas y surrealistas. Una especie de comedia romántica costumbrista sobre una pareja que está esperando su primer hijo encerrada entre las paredes formalistas de Un perro andaluz, en clave del Buñuel (o del Kafka) más transgresor.
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