Obra maestra a la sueca
Qué año más raro de cine ha sido el 2008. Ha vuelto la moda de los vampiros por varios motivos, aunque la mayoría de ellos tienen que ver con la literatura: al fenómeno juvenil del Crepúsculo de Stephenie Meyer no le ha faltado su adaptación cinematográfica, una película pasable aunque un poco sosa, mientras que Alan Ball se ha sacado de la chistera una serie de televisión basada en la serie de novelas Southern vampire, de la escritora norteamericana Charlaine Harris. A eso hay que sumarle lo más grave, la película más taquillera del año está protagonizada por un tipo disfrazado de murciélago que salta de tejado en tejado. Pero ahora que ya sabemos qué piensa Hollywood de los vampiros, centramos nuestra mirada en Europa.
Let the right one in de Thomas Alfredson (traducida aquí en España como Déjame entrar) es una película sueca que utiliza al vampiro no como un arquetipo, sino como excusa para hablar de esas cosas que realmente nos atormentan. La soledad, el amor, o el miedo a lo desconocido. Oskar, un niño tímido de 12 años, marginado por sus compañeros, se hace amigo de Eli, una misteriosa vecina, cuya llegada coincide con una serie de misteriosas muertes. A pesar de que el joven piensa que ella es un vampiro, intenta que su amistad esté por encima de su miedo.
Es el guión (buenísimo) del film, y su brillante equipo de actores, lo que te engancha, como el cebo que muerde el pez antes de despedirse de todo lo que conoce. Pero lo que primordialmente te pega a la butaca, te deja boquiabierto y te paraliza el cuerpo es la forma de dirigir de Alfredson, que hace gala -¡en su segunda película!- de una precisión impresionante en cada secuencia.
La tensión que te puedes encontar en cualquier escena de esta modesta obra maestra hace rememorar todos los terroríficos encuentros habidos desde el primero de Hannibal Lecter con Clarice Starling en El silencio de los corderos (1991) hasta la habitación en la que se discutía acaloradamente el aborto de 4 meses, 3 semanas y 2 días (2007).
La tensión que te puedes encontar en cualquier escena de esta modesta obra maestra hace rememorar todos los terroríficos encuentros habidos desde el primero de Hannibal Lecter con Clarice Starling en El silencio de los corderos (1991) hasta la habitación en la que se discutía acaloradamente el aborto de 4 meses, 3 semanas y 2 días (2007).
Let the right one in te emociona, te noquea, te enamora y te acojona. Todo, música, fotografía, efectos especiales, todo es tan delicado que sólo la rendición hará justicia a este precioso film. Mientras tanto intentas asimilar lo que te dice, que no es poco. Sé tolerante, pero sé también cauteloso. Todavía queda tiempo para descubrir atónitos un clímax a mitad de película que va de lo terrorífico a lo romántico con una habilidad absolutamente asombrosa.