Un éxito rabioso
[•REC]² nos demuestra que la primera versión pudo durar tres horas. Volvemos otra vez al condenado edificio para darnos un nuevo chute de terror y fantástico. En el argumento se ha indagado más en la naturaleza del virus del contagio, o de la posesión, del exorcismo, [•REC]² se mete en un conflicto religioso. El tono, el entusiasmo, los actores, la iluminación, parten todos de la misma cabeza. Se ha recuperado de manera intacta aquello que nos impactaba en la primera parte.
Esa auto-imposición de rodar siempre con cámaras que pertenecen al propio marco del film es inevitablemente un desafío formal, un reto de puesta en escena. Balagueró y Plaza saldan con éxito (por segunda vez) ese desafío. Y el resultado es una película casi tan buena como la original, siendo la ausencia de esto mismo (lo novedoso de la primera propuesta) lo que diferencia [•REC] de [•REC]². Se compensa con una mayor complejidad narrativa, con dos tramas que se desarrollan en un mismo tiempo (a la manera en que lo haría Gus Van Sant) para acabar encontrándose. Está planteada con inteligencia, aterra, pero también sabe liberar sus momentos de tensión con una buena risotada.
4 comentarios:
Así pues, en este caso, ¿segundas partes sí fueron buenas?
Molas
pues sí, es una buena segunda parte, no sé a quién se le ocurrió esa frase pero estaba bastante equivocado
y para anónimo, por favor, si me vas a piropear ponte nombre
señorito blanco, no s entretenga tanto n intentar averiguar d donde viene la opinion, y qdesela
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