Sobrevalorada Palma de Oro
SINOPSIS: Inexplicables acontecimientos perturban la tranquila vida de un pueblo protestante en el norte de Alemania en 1913, justo antes de la Primera Guerra Mundial. Un granero es prendido fuego, dos niños son secuestrados y torturados... El maestro de escuela observa, investiga y poco a poco descubre la increíble verdad... (FILMAFFINITY)
Poco sugerente y menos provocadora. Una lección pesada y muy poco estimulante de historia, donde (cosa insólita tratándose de Haneke) sus ideas no proyectan ninguna sombra, bajo estos sucesos ocurridos en una aldea de la Alemania de 1913 no descansa ninguno de los pretendidos monstruos que buscaba el cineasta austriaco. Ni el terrorismo. Ni el fascismo. Ni la violencia. Ni siquiera se atisban las raíces del mal.
La historia de amor entre el maestro, que narra el film ya desde una edad muy avanzada, y una joven institutriz, que llega para cuidar de los hijos de la duquesa que reside en la aldea, constituye el único oasis emocional de la película. Por supuesto que el film obsequiado con el mayor galardón en el último Festival de Cannes tiene sus virtudes. El trabajo de sonido es perfecto y todos los intérpretes, desde los adultos hasta los más jóvenes, forman un conjunto actoral soberbio en esta Palma de Oro.
Pero la austeridad formal llevada al extremo se convierte aquí en la versión más errática y estática de Michael Haneke. Y eso que estamos hablando de la que probablemente sea la voz más autorizada del cine europeo reciente, que ha logrado en anteriores películas (Funny Games o Caché) un nivel excelente y magistral. Sin embargo, el lenguaje cinematográfico de Haneke en La cinta blanca está más cerca de lo que nos gustaría de ese estúpido puritanismo por el que se rigen los padres de esta aldea.