La cruz judía
La manera de plasmar el judaísmo en el cine es bien distinta en el corto camino que separa a Woody Allen de Ethan y Joel Coen. Allen trata sus películas como si fuesen pequeñas porciones de un teatro mayor, mientras que los Coen planifican sus escenas con el virtuosismo de una secuencia de viñetas de cómic. Un tipo serio es el tebeo de un suburbio del Minneapolis de finales de los 60, con el que presumiblemente se identifican y que sin embargo describen con un cinismo recargado.
Las interpretaciones del desconocido elenco actoral al completo son brillantes, entre las que destaca obviamente el trabajo central que acapara todo el film, Michael Stuhlbarg está sobresaliente. Su Larry Gopnik es un hombre honrado. Ama a su mujer, se entrega a sus hijos. Vive en armonía con una comunidad judía practicante. Se esfuerza en sus labores como profesor, siendo correcto y justo, para ganarse una plaza fija en el trabajo. Pero, un día, todo se derrumba. Su crisis de fe es galopante porque buscando a Dios se encuentra más perdido que nunca. Su vida resulta más difícil de resolver que una de las indeterminaciones matemáticas que él mismo explica, un cero partido por cero que tiende a infinito.
Con la excepción del protagonista, el atormentado Larry Gopnik, el resto de personajes no van más allá de la caricatura. Su mujer, el amante de su mujer, sus hijos, su hermano, su vecino, etc., todos forman parte del peculiar zoológico que se han montado los Coen (por enésima vez) en Un tipo serio. No se les puede reprochar que no hayan sido fieles aquí a su peculiar estilo, pero la narración tiene problemas de ritmo y al tratarse de su trabajo más autobiográfico quizás falta ese punto tan necesario de distanciamiento. A nivel personal, es una decepción que se ve interrumpida, eso sí, por el corte a negro final más seco, fino y devastador del año. La confirmación de que los Coen pueden hacer lo que les venga en gana y se están quedando con nosotros.
Porque un tornado va a llevarse por delante a nuestros protagonistas. El dedo de Dios apuntando a la gris cabezota de Larry Gopnik, que solo pretendía ser A Serious Man.
Porque un tornado va a llevarse por delante a nuestros protagonistas. El dedo de Dios apuntando a la gris cabezota de Larry Gopnik, que solo pretendía ser A Serious Man.
4 comentarios:
No desesperes, verás como todavía nos van a sorprender en la próxima. Tengamos fe.
bueno...ya he visto tus criticas en letra impresa
lo mejor la presentacion: mi compañero (y creo que amigo)...
no Alfonso si esta tambien es sorprendente, pero tampoco tuve yo el mejor dia, ya la vere de nuevo mas adelante
Fer! eso me acaba de contar Melli, pero queda decente nuestra contribucion, o se ve q es una chapuza? mira q nos tengamos q enterar antes por los medios q por el propio periodico...
Pues los textos bien, pero el diseño...bueno...no es del todo bueno, las fotos muerden el texto, estan colocadas algo mal...de todas maneras esta en color y da la sensacion (si olvidamos esos pequeños grandes detalles) de periodico algo mas serio, como un gratuito (es eso serio?)
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