martes, 11 de mayo de 2010

Room in Rome (2010)

Loving strangers




Vamos a bajar a cada uno a su sitio. Medem no es ningún pervertido sexual. Julio Medem es un niño de trece años que acaba de descubrir el sexo y que maneja la cámara como un señor hecho y derecho. Eso trae muchos problemas, de tan inocentón que es el bueno de Julio, sus películas bordean (¡qué coño van a bordear, pisotean!) con demasiada frecuencia la pedantería y lo pomposo. Así es cómo nos encontramos momentos de verguenza ajena en sus films. Pero resulta que esos momentos ridículos los compensa (gracias, principalmente, a su buen manejo de la cámara) con otros momentos realmente enigmáticos, misteriosos y sensuales.

Room in Rome parte de la idea más sencilla de todas las que ha abordado el director vasco. Dos mujeres desconocidas, una habitación de hotel en Roma, una noche para desatar su pasión, y toda una vida para guardar ese recuerdo. Pero si se lo propone, Medem puede ser el tipo más hortera de la cartelera, por poner varios ejemplos: la decoración de la habitación, las referencias culturetas a la Historia metidas con calzador, el personaje del botones cantarín, el título del film sobreimpreso en un rótulo rojo-porno. Más allá de lo comentado, en Room in Rome está el Medem más contenido en años, el menos sensiblero y el Medem menos bocachanclas.

La primera mitad es muy reiterativa y esa habitación se convierte en un espacio claustrofóbico del que estás deseando salir. De ahí vienen los problemas. Es demasiado larga para lo que nos quiere contar y por eso mismo el guión se mete en alguna incongruencia de la que le cuesta salir. El peso de la película cae sobre las dos actrices protagonistas, que lucen aquello que más saben lucir, sus cuerpos desnudos.

Nos ha pillado de buenas y vamos a aplaudir su metáfora/alegoría con la flecha de Cupido atravesando el pecho de Alba, y también la sangre en la bañera. Medem sabe muy bien cómo abandonar a las mujeres al final de sus películas para regalarnos escenas inolvidables, como el último acto de Caótica Ana, o como aquí, el chapoteo final en la bañera. Sí, debe ser muy difícil rodar el momento más feliz de la vida de dos personas. Y yo aquí me lo creo.

Pero aviso: no soy objetivo. Medem debería hacer un monumento a Russian Red. Por cada ocasión que suena Loving strangers, yo me derrito, y Room in Rome es diez veces mejor.


4 comentarios:

Unknown dijo...

Pero qué bonita que es la canción. De lo demás no puedo hablar mucho, más que nada porque no he visto la peli aún. Yo a Medem le tengo aprecio, así que espero que no se rompa nuestra bonita amistad por culpa de la habitación romana.

¿Por qué es tan diferente el cartel de la versión española?

Trecce dijo...

Bien Víctor, ese primer párrafo de tu entrada, el que comienza por "Vamos a bajar a cada uno a su sitio..." y acaba en "Pero resulta que esos momentos ridículos los compensa (gracias, principalmente, a su buen manejo de la cámara) con otros momentos realmente enigmáticos, misteriosos y sensuales.", es para que te sientas orgulloso de haberlo escrito, resume magníficamente la peli, en concreto, y la obra de Medem en general y encima lo haces con cariño.

Charles Parrens dijo...

Gracias sinceras por no poner la portada oficial, esa sí que es hortera.

Qué quieres que te diga?, a mi Medem me parece de todo menos pedante, lo que pasa es que tienes que meterte en ese mundo, por que este hombre, al menos en estas dos últimas películas retrata a gente algo especial, y sobre todo en esta peli, como tú has dicho, en un momento muy concreto de sus supuestas vidas, así que más que pedante me parece complicado, llegar a poder demostrar eso, y más aún que el que lo ve se lo crea y empatice con los personajes, pero bueno, es una personal opinion, no más.

Lo que te dije de que las pelis de Medem siempre se me hacen un poco largas cuando las veo, se cumplió, pero ayer, en cuanto vi a la Natasha en la tele y algunas imágenes de la peli me entraron ganas de ir a verla otra vez, así que si alguien no la ha visto y le apetece, ya sabe.

Por cierto, la canción ha pasado de parecerme repetitiva a gustarme bastante, ya se verá qué pasa con el tiempo, aunque como la rusa no hay ninguna.

Y leerlo con la canción le da más puntos aún...

Charles Parrens dijo...

Te releo y te releo y no acaba de convencerme

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