Atrapado en la escena del crimen
Hace un par de años Duncan Jones, hijo del artista británico David Bowie, estrenó su primer largometraje como director de cine con Moon. Deduje por entonces que gracias a las influencias de su padre a Jones no le habría resultado especialmente costoso meter la cabeza en la industria del cine. Debutó en 2009 con Moon, un film de ciencia-ficción muy atractivo que con solo 5 millones de dólares de presupuesto logró una ambientación muy creíble y resucitó a Sam Rockwell que interpreta a un astronauta que vive aislado en una estación espacial en la Luna.
Este debut cosechó críticas entusiastas a pesar de que personalmente considero que (además de tener los pequeños defectos propios de un primerizo) Jones escribe y dirige Moon también con una cierta desgana que produce un ritmo cargante a la película. Y por lo tanto veo Moon como una película algo sobrevalorada y desganada.
Ahora en el año 2011 Duncan Jones pone el segundo peldaño de su filmografía con Código Fuente. De nuevo en el terreno de la ciencia-ficción, aunque esta vez con un presupuesto mucho mayor (32 millones de dólares) y con una estrella encabezando su reparto, Jake Gyllenhaal. Y Código Fuente es un paso adelante en la carrera de Jones.
Es una película muy entretenida y potente, en la que un hombre será insertado una y otra vez en una escena del crimen hasta que logre descifrar quién es el asesino. En un juego de referencias cinematográficas Código Fuente sería la suma entre Memento y Atrapado en el tiempo. A nivel de guion, narrativamente Código Fuente abre un portal de posibilidades ilimitadas y sin embargo acaba finalmente explotando muy pocas de ellas.
Es una película muy entretenida y potente, en la que un hombre será insertado una y otra vez en una escena del crimen hasta que logre descifrar quién es el asesino. En un juego de referencias cinematográficas Código Fuente sería la suma entre Memento y Atrapado en el tiempo. A nivel de guion, narrativamente Código Fuente abre un portal de posibilidades ilimitadas y sin embargo acaba finalmente explotando muy pocas de ellas.
El film toca un tema muy poco frecuente en el cine, el juego con los intrincados mecanismos que rigen el cerebro humano. Puede que quizá Código Fuente tenga peores cartas que el Inception de Christopher Nolan. Pero Duncan Jones despliega con mejor habilidad su baraja, apostando por el espectáculo y la tensión de lo simple frente al castillo de naipes engreído de Nolan. Y eso se nota.
Código Fuente es un placer palomitero, de acción y suspense, y nadie debe pedirle explicaciones, no las da. Ni falta que hace. Te atrapa. Titubea con un par de finales quizá prescindibles. Y te deja ir.
Código Fuente es un placer palomitero, de acción y suspense, y nadie debe pedirle explicaciones, no las da. Ni falta que hace. Te atrapa. Titubea con un par de finales quizá prescindibles. Y te deja ir.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo compañero de butaca ;)
Las fuentes fiables (para mí, claro) que he consultado hasta ahora, la ponen bastante bien. Te añado a las mismas.
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