La espuma que llevas dentro
¿Hasta qué punto es posible que
Mila Kunis mejore a sus compañeros de reparto? Lo hizo con Natalie Portman en Cisne negro, con Justin Timberlake en Con derecho a roce y, lo hace ahora, con
Mark Whalberg en Ted. Podría tratarse de tres casos
particulares de química positiva entre actores, pero realmente parece que hay
algo más detrás, pues no es fácil tener química con un actor como Mark
Whalberg. El trabajo de Kunis en sus películas, aunque dentro de un registro
muy similar, es siempre tan natural y sincero que hace que sus compañeros se
sientan cómodos dándole réplica.
Más allá de Kunis, la primera
película de Seth MacFarlane (popular creador y doblador de la serie de
animación Padre de familia) es una
comedia romántica que maneja un ritmo muy regular de carcajadas y hace
verosímil a un personaje increíble, un oso de peluche que cobra vida y anima el
cotarro. El humor corrosivo de MacFarlane, cimentado por encima de todo en una agresividad divertidísima hacia la cultura pop, no destiñe ni pierde fuerza en ningún momento de la película.
Entre tanto Ted encuentra varias salidas de tono en forma de cameos que se convierten en momentos descacharrantes con la aparición de un secuestrador grimoso a cargo de Giovanni Ribisi, un Ryan Reynolds homosexual sin mediar palabra alguna, un concierto de Norah Jones, o una fiesta con Flash Gordon de invitado sorpresa.
Entre tanto Ted encuentra varias salidas de tono en forma de cameos que se convierten en momentos descacharrantes con la aparición de un secuestrador grimoso a cargo de Giovanni Ribisi, un Ryan Reynolds homosexual sin mediar palabra alguna, un concierto de Norah Jones, o una fiesta con Flash Gordon de invitado sorpresa.
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