Holy Motors podría venir a definirse como una estupenda francesada estrenada en Cannes. Léos Carax, máximo responsable de esta obra, trabaja con un material de alto riesgo en el que valentía y libertad son algo más que simples sustantivos. La confianza en sí mismo, su seguridad y su orgullo le permiten componer un trabajo de escapismo críptico y loco.
9.- El Hobbit (Peter Jackson)
La vuelta de Peter Jackson a la Tierra Media se erige en un monumento a la manera de contar viejas historias de héroes y mitos. (...) Jackson ha depurado su tiempo narrativo, moldeando una película sin baches ni altibajos rítmicos. Todo forma parte de un mismo regocijo frenético y que parece sin fin. La aventura queda suspendida en nuestra imaginación para vivir en ella el suspiro del alto en el camino.
8.- Ted (Seth MacFarlane)
El trabajo de Mila Kunis en sus películas es siempre tan natural y sincero que hace que sus compañeros se sientan cómodos dándole réplica. (...) La primera película de Seth MacFarlane es una comedia romántica que maneja un ritmo muy regular de carcajadas y hace verosímil a un personaje increíble, un oso de peluche que cobra vida y anima el cotarro. El humor corrosivo de MacFarlane, cimentado por encima de todo en una agresividad divertidísima hacia la cultura pop, no destiñe ni pierde fuerza en ningún momento de la película.
7.- Argo (Ben Affleck)
Los yanquis tienen la industria más poderosa de cine del mundo. Eso es indiscutible. Y sí, puede que la usen con fines patrióticos y políticos, pero también es indiscutible que películas como Argo funcionan con una precisión impecable. Alcanza una recreación de los años 70 preciosa (a cargo del operador Rodrigo Prieto) y lleva el impacto de su humor y su tensión al máximo.
Una película pequeña de ambición, corta de duración y modesta de presupuesto, REC 3 explota una alegría incontenible, al tiempo que dilapida y bate todo lo que se pone por delante. (...) Es una película para ir al cine a disfrutar, para meter la cabeza dentro del cubo de palomitas y seguir gritando. Y seguir cantando. Gavilán o paloma. Eloise. Un vestido de novia y una motosierra. Horror cañí que nos regala durante 80 minutos una tregua de sincera felicidad.
5.- Prometheus (Ridley Scott)
El esperado regreso de Scott a la ciencia ficción, nos devuelve al realizador británico en su trabajo más inspirado y espectacular en años. Una propuesta muy interesante en la que el eco de 2001 se hace evidente cuando un tibio Michael Fassbender da vida a una proyección androide gemela de Hal 9000. (...) Elegante trabajo de música, cámara y edición. Invadida por presencias inquietantes, el terror y la emoción de un misterio que no alcanzaremos a comprender.
El esperado regreso de Scott a la ciencia ficción, nos devuelve al realizador británico en su trabajo más inspirado y espectacular en años. Una propuesta muy interesante en la que el eco de 2001 se hace evidente cuando un tibio Michael Fassbender da vida a una proyección androide gemela de Hal 9000. (...) Elegante trabajo de música, cámara y edición. Invadida por presencias inquietantes, el terror y la emoción de un misterio que no alcanzaremos a comprender.
4 – Looper (Rian Johnson)
La máquina del tiempo como solución última para vivir la pasión irreconciliable de volver a descubrirse. Disparando cartuchos de sal se conocen Joe y Sara. Y aunque aún no lo sabe, Joe sería capaz de (re)inventar la máquina del tiempo para volver a reunirse con Ella. Para esconderse en su cobertizo. Para salvarla de sí mismo. (...) Looper es un auténtico éxito para una época necesitada de fenómenos de culto.
Un niño scout se fuga de su campamento para enamorarse de una Lana del Rey de doce años. (...) Anderson vuelve a la imagen real. Aunque lo hace más cartoon que nunca, desde los planos que sueñan con ser viñetas hasta los personajes retratados en caricaturas que dan brincos solo posibles en un mundo dibujado. (...) Moonrise Kingdom es una oda brillante a una personalísima manera de filmar, a la vez que se presenta como una oportunidad única para llevar a Wes Anderson al lugar que se merece, a una cima mágica y deliciosa del cine.
2 – Django desencadenado (Quentin Tarantino)
Como un caballo desbocado llegando a meta, Quentin Tarantino estrena su Django desencadenado, una nueva aventura épica donde se dan cita amor, venganza, revisionismo histórico y, por encima de todo, entusiasmo. Tarantino repite apoyándose en el glorioso actor austriaco Christoph Waltz para vertebrar su película, pero quien desborda por la banda en esta ocasión es Leonardo DiCaprio, en la interpretación más genial que le hayamos visto. DiCaprio es el grimoso dueño de la plantación Candyland en Missisipi, y el dragón que custodia a la princesa en su castillo. El trabajo de luz de Robert Richardson, el guión del propio Tarantino y el repertorio musical son alicientes muy estimulantes para un western extraordinario.
1 – The Master (Paul Thomas Anderson)
En un momento del film, Phoenix se somete a una extraña sesión de hipnosis en la que viaja a través del tiempo y se desmorona una y otra vez delante de la cámara, como un animal que no entiende que esto es sólo una película. (...) Como todas las grandes películas, y ésta sin duda lo es, The Master nos habla sobre lo terrible que es estar solo. Es una película capaz de hacernos creer de nuevo que la Tierra es plana y que comunicarnos, tocarnos y estar juntos será el socorro último para nuestros miedos.