Irritante y angustiosa
Blue Jasmine se puede despachar con la misma mirada abatida, cansada y llena de rabia que Cate Blanchett pasea a lo largo y ancho del último estreno en cartelera de Woody Allen. El neoyorkino está agotado de sí mismo, Blue Jasmine es plana y predecible. La sorpresa está en comprobar cómo Allen ha sido capaz de hacer una película tan irritante y angustiosa, en la que poco o nada parece auténtico.