Un 007 americano y algo tosco
Objetivo: La Casa Blanca nos cuenta la historia de Mike Banning (Gerard Butler, empeñado en parecerse a Russel Crowe), un agente del Servicio Secreto estadounidense responsable de la seguridad del Presidente Asher (Aaron Eckhart, en la línea de su Harvey Dent para El caballero oscuro), que después de presenciar un terrible accidente de coche en el que muere la Primera Dama, decide abandonar el puesto. Varios meses después, un ataque terrorista norcoreano toma La Casa Blanca y secuestra a la cúpula del Gobierno. Banning se ve obligado a volver a la carga para rescatar a su amigo Asher y, ya de paso, a toda la nación.
En Objetivo: La Casa Blanca Butler se presenta como un 007 americano algo tosco (de hecho, el actor que interpreta aquí al líder de los terroristas, Rick Yune, fue el villano de Bond en Muere otro día). La película, aunque lejos de perdurar en la memoria, ofrece una buena dosis de espectáculo y entretenimiento, y también nos regala alguna de esas bochornosas escenas de cámara lenta y música bombástica para aplatanar a los monos.
Todo lo que puede suceder dentro de la película es completamente previsible, y aun así un buen casting y la luz triste y nostálgica del operador de cámara Conrad W. Hall (que ha heredado el buen gusto para iluminar de su padre, el mítico director de fotografía Conrad L. Hall) consiguen aportar un empaque de seriedad y credibilidad para esta nueva versión (si se piensa, casi paródica) del héroe patriota americano que busca encontrarse a sí mismo y acaba salvando al mundo.
2 comentarios:
Lo has resumido estupendamente.
No está mal Gerard Butler eeh, no soy yo un admirador de este señor, pero desde luego este es su género.
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