Tinker Tailor Soldier Spy
Tomas Alfredson se siente demasiado cómodo dirigiendo películas tan frías como precisas y tan calculadoras como geniales. Empieza a dar miedo. Let the right one in era una joya con un corazón enorme aunque escondido bajo hielo. El Topo intuyo que tiene corazón, pero es directamente inaccesible.
Igual de inaccesible e imposible de seguir es la intriga de espionaje que se empeña en relatar. La película es una adaptación de una novela de John le Carré ambientada en la Inglaterra de los años 70. En plena Guerra Fría se sospecha que dentro de la cúpula del servicio secreto de inteligencia inglés se ha infiltrado un espía soviético. Pero al cineasta sueco no parece que la intriga le quite el sueño. Le importa lo mínimo.
Hay una cosa que se llama actores. Y Gary Oldman es uno cojonudo. Él encabeza un gabinete de intérpretes de primer nivel capaces de convertir un thriller de espionaje en un cuadro lleno de matices. Y Alberto Iglesias pinta con su brocha fina.
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