Con referentes estéticos de la talla de Pulp Fiction (1994), El Club
de la Lucha (1999) o Unbreakable (2000), Looper es un auténtico éxito
para una época necesitada de fenómenos de culto. Su intrincado hilo argumental
hará las delicias de los amantes del género de ciencia ficción. Rian Johnson
deshace su ovillo de bucles y viajes en el tiempo con una naturalidad pasmosa y
un mimo poco habitual y muy cariñoso hacia sus personajes, protagonistas y
secundarios.
Encarnado por un entonado Joseph Gordon Levitt,
caracterizado y maquillado hasta mutar en un vaquero de porcelana, el joven Joe
disfruta de una vida plena de placeres y traumas infantiles. Con una colección
de plata bajo una trampilla, y atrapado en su propio temor a la alopecia,
aunque Bruce Willis siempre sea un buen exponente, Joe busca a la mujer que
salve su vida. Sin saber que no sólo se vive una vez.
La máquina del tiempo como solución última para vivir la
pasión irreconciliable de volver a descubrirse. Disparando cartuchos de sal se
conocen Joe y Sara. Y aunque aún no lo sabe, Joe sería capaz de (re)inventar la
máquina del tiempo para volver a reunirse con Ella. Para esconderse en su
cobertizo. Para salvarla de sí mismo.